Átomos tristes
La soledad del átomo, hasta no hace mucho considerado la unidad mínima de la materia, siempre ha estado ligada -tanto en la filosofía como en la literatura y la ciencia- a la necesidad de unirse a otros átomos semejantes. Una inercia por formar comunidad que, lejos de constituir un simplón impulso gregario, imprime un sello social inexcusable en su propio seno que, sin embargo, aun acompañado y formando parte de un todo, siempre se sabrá solo. De ahí la tristeza. Pero también, de ahí, la lucha, la pujanza y la fuerza que, al igual que el verso suelto, busca su unidad y su sentido en la estrofa... a sabiendas de su carácter individual.
Un sencillo vestido negro
"Y cierto es también que, al final del libro, la sensación que se tiene es la de que nos han dado muchas hermosuras, incluso como en pequeña...Canto del gallo
"Frente a la marcada tendencia desacralizadora de la poesía que domina intensamente el panorama poético actual, sorprende que poemas como és...