Una parte importante de la literatura de la Antigüedad posee carácter polémico. Con la llegada del cristianismo, surge en el Mediterráneo una situación de competencia religiosa que exigía a las distintas comunidades discutir y enfrentar sus ideas con las del otro, de modo que la disputa ocupó entonces un lugar fundamental.
De los diferentes géneros literarios manejados por los autores cristianos en el ejercicio de la polémica, el diálogo, de gran tradición clásica, fue uno de los preferidos, y así lo demuestra la abundancia de este tipo de textos, dirigidos contra sus adversarios –judíos, paganos o herejes–. Probablemente esa preferencia se deba a la consideración del diálogo como un recurso idóneo para reproducir los enfrentamientos.
Este libro ofrece un estudio de conjunto sobre el género cristiano en sus tres categorías y trata de establecer las aportaciones de tipo estructural, léxico y argumentativo que configuraron una tradición propia a partir del diálogo clásico.