El militar y la hiedra

Un busto-retrato en mármol con atuendo militar de Adriano, el emperador romano de origen bético, expoliado en Santaella (Córdoba); una intervención arqueológica en el lugar del expolio y el descubrimiento de un yacimiento inédito. Son los motores de El militar y la hiedra, que explora la relación del mundo militar romano y helenizado con Dioniso/Baco y su emblema: la hiedra, planta sacra en la mitología de este dios antiguo y complejo, luminoso y sombrío, como la liana que lo representa.

«Nacido dos veces», de la muerte de su propia madre, la princesa tebana Semele, luego del muslo de Zeus, su padre y genitor, Dioniso es amable e irascible, generoso y combativo, viajero sin fronteras, conquistador-civilizador de la India, límite del mundo conocido. Es un dios «inventor del triunfo» y asociado a las conquistas militares de Alejandro Magno, luego a las campañas romanas en Oriente, las de los Antoninos en particular.

Conocido como el «dios del vino» en el imaginario colectivo, es sin embargo el «dios de la hiedra» ya en los Himnos Homéricos, protectora y aliada desde su dramático nacimiento. El inédito Adriano de Santaella lleva una hoja de hiedra colgada en el peto de su coraza: detalle novedoso en la retratística imperial romana. ¿Elemento decorativo o testimonio de la relación de Adriano, emperador filoheleno y curioso de todo hermetismo, con el culto mistérico de Dioniso?... Interrogante que la autora aborda en este libro, examinando la presencia simbólica de la hiedra en diversos contextos, especialmente el militar. Lo ilustra una abundante iconografía apoyada por testimonios arqueológicos, epigráficos, textos de autores clásicos y literatura mitográfica.