Eremitas, andalusíes, mozárabes

Las sociedades ibéricas bajo el poder islámico

Eremitas, andalusíes, mozárabesconstituye la segunda entrega de los 21 volúmenes que componen La inteligencia hispana, serie que estudia la historia de España desde sus inicios medievales hasta la actualidad. 

La inteligencia hispana, escrita en su totalidad por José Luis Villacañas, está llamada a constituirse por décadas en obra de referencia básica sobre la historia de nuestro país. 

En Eremitas, andalusíes, mozárabes se analiza el periodo comprendido entre la conquista musulmana en el 711 y el reinado astur-leonés de Alfonso III. El volumen estudia, por tanto, la progresiva islamizacion de la península y la consolidación del Emirato, en su ambigua relación con los mozárabes y en sus continuos conflictos con los caudillos cristianos astures y gallegos. 

Como en toda la serie, la formación y sucesivas crisis de los reinos hispánicos se describe en relación con lo que acontece en el resto de Europa. En este periodo en particular es de suma importancia el poder franco, que sostuvo la Marca hispánica y los condados pirenaicos.

Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte

     

Escritor
Colección
La inteligencia hispana. Ideas en el tiempo
Idioma
  • Castellano
EAN
9788417134389
ISBN
978-84-17134-38-9
Páginas
352
Ancho
15 cm
Alto
23 cm
Edición
1
Fecha publicación
11-05-2018
Contacto de seguridad
Guillermo Escolar Editor

Precio

Tapa dura
22,80 €
Descuento 5%24,00 €

Sobre José Luis Villacañas (Escritor)

  • José Luis Villacañas
    José Luis Villacañas se encuentra entre los filósofos españoles más influyentes. Uno de los focos principales de su investigación es la historia de las ideas políticas hispánicas en su estrecha relación con la evolución de las ideas europeas. En este ámbito se articula el proyect... Ver más sobre el autor

Reseñas

  • «Eremitas, andalusíes, mozárabes» constituye la segunda entrega de los 21 volúmenes que componen «La inteligencia hispana», serie que estudia la historia de España desde sus inicios medievales hasta la actualidad. «La inteligencia hispana», escrita en su totalidad por José Luis Villacañas, está llamada a constituirse por décadas en obra de referencia básica sobre la historia de nuestro país. En «Eremitas, andalusíes, mozárabes» se analiza el periodo comprendido entre la conquista musulmana en el 711 y el reinado astur-leonés de Alfonso III. El volumen estudia, por tanto, la progresiva islamizacion de la península y la consolidación del Emirato, en su ambigua relación con los mozárabes y en sus continuos conflictos con los caudillos cristianos astures y gallegos. Como en toda la serie, la formación y sucesivas crisis de los reinos hispánicos se describe en relación con lo que acontece en el resto de Europa. En este periodo en particular es de suma importancia el poder franco, que sostuvo la Marca hispánica y los condados pirenaicos.

    El Boomerang

  • Al-Ándalus: la apocalíptica resistencia cristiana José Luis Villacañas (Úbeda, 1955), catedrático de Historia de la Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, acaba de publicar ‘Eremitas, andalusíes, mozárabes. Las sociedades ibéricas bajo el poder islámico’ (Guillermo Escolar Editor), segundo volumen del ambicioso macroproyecto que ha denominado ‘La inteligencia hispana: Ideas en el tiempo’, que prevé editar veintiún volúmenes que culminarían en la Transición. Villacañas examina la situación del cristianismo en la Hispania goda y cómo reacciona ante la invasión musulmana del 711. “Dado que el proceso de islamización fue muy gradual y diferenciado, las relaciones entre cristianismo hispano y el nuevo poder musulmán fueron evolucionando con el tiempo. Por supuesto, parte de la gran cultura isidoriana, la relacionada con el trinitarismo ortodoxo y la aguda percepción escatológica que implicaba, se refugió en los eremitas del norte del Duero –explica–. Esa cultura, que tiene a Beato de Liébana como gran personaje, fue decisiva por dos motivos: porque permitió un cristianismo campesino de comunidades familiares, cuyas prácticas muy democráticas con abades rotatorios o electivos pasarían luego a las decretales pseudo-isidorianas; y porque compartía el trinitarismo, afianzado con la nueva y gran alianza de Roma y París, que estabilizó el poder de los Pipinidas a mitad del siglo VIII”. Hostilidad contra los nuevos poderes En realidad, el apocalipticismo constitutivo de este cristianismo mantuvo la hostilidad contra los nuevos poderes de Al-Ándalus y “fecundó la mentalidad de los grupos de resistencia cristianos del norte y su oferta permanente a los hispani para que emigraran a su regiones”, como manifiesta Villacañas a Vida Nueva. “Hay que pensar que los Comentarios al Apocalipsis del Beato sobre el texto de san Jerónimo será la biblia de la cultura cristiana hispana medieval, desde León a Girona, y eso hasta el siglo XIII. El objetivo fundamental de este cristianismo es hostigar al cristianismo urbano de las ciudades que se rindieron a los musulmanes mediante pacto, y cuyos obispos se convirtieron en agentes fiscales del nuevo poder”. Como Villacañas explica con extraordinario detalle, esta decantación de Toledo, y de casi todas las sedes episcopales, a favor del pacto con los invasores hizo necesaria la creación de una sede propia del cristianismo norteño. “Así, mediante una convergencia de muchos factores que lo aconsejaban, nació Santiago, siempre bajo el beneplácito del cristianismo franco”, manifiesta. Más que en la invasión de 711, el catedrático llama la atención sobre 818: “Con tensiones normales, con recaídas, con violencia política endémica, no hubo enfrentamiento religioso propiamente dicho, antes de la paulatina imposición de la escuela malikita. El punto de no retorno fue el acontecimiento de El Arrabal cordobés de 818. Analizo en mi libro el significado de este suceso [el emir ordenó arrasar aquel barrio crítico con su autoridad y mandó crucificar a 300 notables] y llego a la conclusión de que fue un momento de transformación de la mentalidad omeya, antes mucho más inclinada a la convivencia con el cristianismo, por influencia de los nuevos fenómenos que venían de Oriente y Bagdad”. Juan Carlos Rodríguez

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