Los tratados clásicos sobre las costumbres y la vida virtuosa, particularmente los latinos de Séneca y Cicerón, tienen en el final de la Edad Media y en el Renacimiento una muy rica historia efectual. Sin embargo, no es hasta el siglo XVII, de la mano de un feminismo todavía muy incipiente, representado por figuras cortesanas como la marquesa de Lambert, cuando se empieza a sospechar que el estoicismo o el senequismo contienen una sospechosa ideología de género. La marquesa de Lambert no pretende rebatir toda la doctrina antigua, pero encuentra que el camino que conduce a la vida feliz no es el mismo, ni tropieza con los mismos obstáculos, en el caso de los varones y en el de las mujeres.
Anne-Thérèse de Marguenat de Courcelles, marquesa de Lambert (París,1647-París, 1733), nadó siempre a contracorriente de las frivolidades y depravaciones que en su tiempo imperaban en el Palais-Royal. La filosofía sobre la que se departía en sus muy dignos salones no solo daba un... Ver más sobre el autor
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