En tiempos de confinamiento, el núcleo social que estabiliza creencias y costumbres, lo que asegura la aceptación de lo que comúnmente se toma por verdadero y por bueno, se vuelve más rocoso y diamantino para quienes atisban su naturaleza opresiva y anónimamente heterónoma. El miedo al virus y a sus consecuencias opera como una fuerza centrípeta, general y universalizadora que compacta esa piedra ignorante desde la cual un otro indiferenciado habla por boca de todos.
Sosiego siniestro fue redactado entre el 20 de marzo y el 20 de mayo de 2020, en la situación de clausura dictada por las autoridades para hacer frente a la pandemia causada por el COVID-19. Este libro no es, sin embargo, un diario del confinamiento, una narración de la vivencia subjetiva de aquellos días. Es más bien lo contrario: una apuesta por que el individuo eluda aquel núcleo social(por usar, de nuevo, la afortunada expresión de Juan Benet) para tomar su propia, no vicaria y no delegable, decisión de existencia.