Reseña "Pensar la traducción en la España del siglo XIX
El presente volumen es fruto de un extraordinario trabajo de búsqueda y recopilación de los escritos que contienen reflexiones sobre la práctica traductora y traducción a lo largo del siglo xix. Reúne verdaderas joyas de prólogos, artículos, epistolarios, palabras de censura y otros textos realizados por traductores, así como las críticas y reseñas de traducciones, un elemento indispensable para ahondar y conocer la historia de la traducción del siglo en cuestión. El volumen va de la mano con algunos títulos recientes que igualmente profundizan en el mundo de la traducción del siglo xix y sus traductores, como Creación y traducción en la España del siglo xix (Lafarga, 2015) y Autores traductores en la España del siglo xix (Pegenaute, 2016), realizados por el mismo equipo de investigadores, o con Diez estudios sobre la traducción en la España del siglo xix (Zaro (ed.), 2008) y Traductores y traducciones de literatura y ensayo (1835-1919) (Zaro (ed.), 2007), vinculados a un proyecto de investigación I+D y editados por uno de los autores del presente volumen. Este es un trabajo colectivo, formado por cuatro capítulos, cuyos autores aportan consideraciones y resúmenes de los datos e ideas más destacados en los textos escritos por los traductores, literatos, críticos o autores anónimos 298 RESEÑAS / F. LAFARGA, C. FILLIÈRE, M.J. GARCÍA CARROSA Y J.J. ZARO TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA, 21, 2017) del siglo xix, al que precede una introducción de Francisco Lafarga. Los textos recopilados, que se agrupan en cuatro secciones en orden cronológico, incluyen tanto los breves comentarios sobre la traducción como los prólogos o artículos periodísticos, e incluyen debates, de los que algunos todavía persisten, sobre la fidelidad hacia el texto origen, modo o dificultades de traducir, las cuestiones profesionales, la calidad de obras traducidas, críticas de malas traducciones, etc. Considero que cada uno de los cuatro estudios de esta obra requiere una especial atención a causa de la importancia y variedad de los temas que tratan y las reveladoras contribuciones de sus autores, todos investigadores y profesores, que juntos ofrecen una imagen completa y detallada del papel de la traducción, de cómo pensaban y obraban los traductores y en qué condiciones lo hacían en esta etapa de la historia cultural. En su calidad de autora del capítulo 1., Reflexiones sobre la traducción en España: 1800- 1830. Entre tradición y renovación, académica María Jesús García Garrosa habla sobre la traducción en las décadas del siglo xix previas al apogeo del Romanticismo, situándola en un contexto histórico repleto de acontecimientos, como la Guerra de Independencia, la ocupación francesa, el exilio, la represión entre 1823 y 1833 y la censura absolutista, y comparándola con el pensamiento traductor del siglo anterior. Los textos de este periodo muestran que la actividad traductora fue muy abundante, y que, siguiendo la tradición del siglo xviii, mayormente se traducía a partir del francés. No obstante, la emigración a Inglaterra en la segunda década del siglo favorece la aparición de las traducciones directas del inglés, y se observan los indicios de las reflexiones en torno a la traducción inspiradas en las nuevas teorías inglesas y alemanas. Se hallan voces que expresan la consideración de que la traducción es una re-creación, reflexiones sobre el concepto de la «intraducibilidad», la dificultad de cierto tipo de traducciones, la superioridad de una lengua con respecto a otra, la influencia de la similitud de idiomas en la traducción, así como el debate, que se extenderá al siglo entero, sobre si el teatro se ha de traducir en verso o en prosa. Todos estos sucesos y pensamientos son analizados con detalle por parte de la autora. Merecen una especial atención los datos sobre las condiciones en las que se traducía y la necesidad de la profesionalización de la actividad, que se sigue reclamando en las décadas posteriores. Se traduce sobre todo para el mercado de los países hispanoamericanos, pero en pésimas condiciones, y por muy bajas retribuciones. Tanto emigrantes como los que se han quedado en España se dedican a esta labor guiados por razones económicas, ofreciendo textos que a menudo carecen de calidad, pero, como bien apunta la autora, traen obras de literatura romántica a España, incrementan el número de novelas y obras de teatro, a la vez que continúan con la traducción de las lenguas clásicas, y contribuyen con los trasvases de algunas obras que fueron prohibidas por la censura del siglo xviii. Los textos elegidos para esta sección reflejan un pensamiento realmente crítico de los editores y literatos hacía la traducción con el objetivo de proteger la lengua y literatura castellana de malas traducciones. Entre los autores de estos escritos y de las palabras citadas en el presente capítulo se leen nombres como Agustín García de Arrieta, Pedro María de Olive, José Gómez Hermosilla, Francisco Martínez de la Rosa, Melchor de Sas, Mariano José Sicilia, Manuel Bretón de los Herreros, o Benito Gómez Romero, cuyas opiniones sobre la dicotomía libertad / fidelidad hacia el texto origen se TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA, 21, 2017 299 RESEÑAS / F. LAFARGA, C. FILLIÈRE, M.J. GARCÍA CARROSA Y J.J. ZARO suman a otras reflexiones de suma importancia para la Historia de la Traducción. El capítulo sobre el periodo que va de 1830 a 1850, El pensamiento sobre la traducción en la época romántica, corre a cargo del profesor emérito de la Universidad de Barcelona, Francisco Lafarga. Este estudioso anota que, en la época romántica, la influencia de las traducciones en la literatura y poética españolas debida a su elevado número es superior a la de cualquier otro periodo. En la vida cultural de la época se perciben dos tipos del Romanticismo, uno conservador y nacionalista, y otro liberal y democrático, que, según el autor, pudieron causar la carencia de un programa concreto o unánime del Romanticismo, implementado con cierto retraso en este territorio. La emigración tuvo un papel determinante en la producción literaria, puesto que la mitad de las traducciones entre 1790 y 1834 se imprimieron por las editoriales extranjeras, algo que también se debe a la censura impuesta por Fernando vii en España. La traducción del francés no cesa, pero la relación con Inglaterra empieza a fortalecerse gracias a los grandes escritores y representantes del Romanticismo español que emigraron al país anglosajón, como el duque de Rivas, José de Espronceda y José Joaquín de Mora, o uno de los intelectuales de primer orden como Antonio Alcalá Galiano. Esta sección precisamente acoge escritos sobre la traducción de este último, así como las reflexiones de Manuel Bretón de los Herreros, Mariano José de Larra, Ramón López Soler, Eugenio de Ochoa, etc. Se subraya la importancia de las colecciones que aparecieron en este periodo, se describe la tipología de los documentos que aportan ideas sobre la traducción, se trata la actividad editorial y la de los críticos destacables de la época, o la «invasión» de obras de origen francés de la que, por ejemplo, se quejaba Eugenio de Ochoa. Los investigadores pueden encontrar reflexiones sobre libertad o fidelidad en el acto de traducir, o utilidad y conveniencia de la traducción, que Lafarga considera un «activo elemento en la renovación literaria, (…) y en el avance de la ciencia» (p. 119). Después de una pequeña introducción que nos sitúa en el contexto histórico de la época literaria tratada en el capítulo 3, Ideas y actitudes ante la traducción: la época realista naturalista (1850-1880), su autor Juan Jesús Zaro, catedrático del Departamento de la Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga, habla de las novedades que trae cada una de las décadas de este periodo (novelas publicadas de manera serializada, el nuevo público femenino, la Ley de Imprenta, la actividad censora y su abolición, etc.), y de la tipología de las fuentes, mayormente de carácter paratextual, que recoge esta sección. En el presente estudio encontramos algunas citas que ofrecen datos interesantes sobre el papel de las editoriales y de los libreros, «propagadores de modas y estilos literarios, pero también de ideas», por lo que llegaron a ser perseguidos, así como sobre la crítica que empieza a reconocer el valor de las traducciones y su influencia en la novela española del siglo xix. Los autores que más se traducen en la década entre 1850 y 1860 son Alexandre Dumas, Walter Scott y Eugène Sue. Dado que mayormente se traduce del francés, en los escritos se puede observar preocupación por demasiada influencia francesa en la literatura, la lengua, o la cultura española. Algunas anotaciones dejan ver la poca profesionalización del sector, la influencia política, la tendencia de enaltec 300 RESEÑAS / F. LAFARGA, C. FILLIÈRE, M.J. GARCÍA CARROSA Y J.J. ZARO TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA, 21, 2017) para los expertos en enseñanza de lenguas. Zaro destaca un ejemplo peculiar de refundición de Hamlet de Pablo de Avecilla (1856), una de las escasas traducciones de lenguas distintas del francés y obra que ofrece un testimonio realmente útil para comprender la recepción de las creaciones de Shakespeare por el público español de aquel entonces. Son igual de relevantes los datos relacionados con el periodo entre 1860 y 1870 sobre la traducción de autores españoles a otras lenguas, las traducciones de lenguas clásicas y exóticas por parte de los profesores y eruditos, como Manuel Milá y Fontanals, o sobre una novedosa práctica de la traducción del árabe y la propagación de krausismo por medio de la traducción. Encontramos también varios comentarios valiosos sobre las traducciones al español de Victor Hugo o de William Shakespeare. En el apartado sobre el periodo entre 1870 y 1880, se presta una especial atención a las reflexiones de Benito Pérez Galdós, de Juan Valera y de otras figuras literarias de importancia, que incluyen debates sobre el uso del verso o de la prosa en la traducción de la poesía, pensamientos sobre las refundiciones, datos sobre la traducción del catalán para divulgar textos escritos en otros idiomas hablados en el país o sobre la importancia de la traducción para la difusión de ideas y avances de la ciencia. Por último, el estudio de Carole Fillière, especialista en filología y estética del siglo xix, Los albores de la historia cultural de la traducción y de la literatura comparada en Menéndez Pelayo y Clarín (1880-1900), analiza con detalle el inmenso valor del trabajo de titanes realizado por Marcelino Menéndez Pelayo en el campo de la historia de la traducción y la literatura comparada, cuyo fundador se considera, así como las aportaciones del crítico y escritor Leopoldo Alas Clarín al proyecto cultural español y su gran esfuerzo por animar a los escritores del siglo xix que se dedicaran a la traducción. Se destaca el papel de ambos en la propagación de la importancia de la traducción y su ansia de «conferir la visibilidad y dignidad a la profesión traductora y a los traductores del pasado (el caso de Menéndez Pelayo) y de su época (Clarín)» (p. 227). Numerosas anotaciones de Menéndez Pelayo que cita la autora muestran su preocupación por las preguntas que siguen siendo fondo de debates, como el uso de los calcos, o la fidelidad hacia el texto origen, y su llamada a que solamente los traductores deben sentirse con derecho a criticar la labor traductora. Tanto este pensador como Clarín ven la importancia de la profesionalización de los traductores, y la falta de la misma encuentran como una de las causas de la degradación cultural del país. Al igual que en los periodos anteriores no se trata de un pensamiento sistemático, sino de una serie de anotaciones, justificaciones y reflexiones dispersas en el tiempo y en diferentes obras, por lo que la presente recopilación es tan importante. En definitiva, tenemos ante nosotros un volumen ambicioso y conseguido, cuya mayor aportación quizás sea la de destacar el papel del traductor en la creación de la historia de la cultura de un país, además de brindarnos la ocasión de leer, en un único libro y de primera mano, los pensamientos y las palabras de traductores y literatos de este periodo sobre la traducción, con una importante ayuda de los estudios que explican y contextualizan estos textos y razonan sobre su valor.
Nina Lukić